La Dictadura Militar de Pinochet

LA DICTADURA MILITAR DURANTE EL PERIODO DE AGUSTO PINOCHET
11 de septiembre de 1973 - 11 de marzo de 1990
a- Las modernizaciones y/o privatizaciones y el aumento de la economía
El gobierno de la dictadura determina el ingreso de Chile a un sistema neoliberal, hasta entonces Chile había sido solo un estado empresarial.

La critica en que se apoya el diagnostico general de carácter económico y social que se formula en los comienzos del periodo del gobierno militar (1973-1975) no apunta a aspectos coyunturales sino estructurales de modo que no se limita a las medidas transformadoras del periodo del '70 al '73 sino que se extiende a la gestación del modelo estatista desde los comienzos del siglo XX.

El modelo neoliberal que se comienza a gestar es introducido a través de los siguientes objetivos gubernamentales:
  • Contribuir a la erradicación de la extrema pobreza.
  • Reducir el endeudamiento externo del Estado.
  • Acumular reservas.
  • Liberalización del comercio exterior mediante la supresión de todo limite a las importaciones.
  • Eliminar la distorsión representada por las franquicias otorgadas a empresas del Estado.
  • Estimular la inversión extranjera.
  • Duplicar la tasa de crecimiento histórico de la economía.
  • Liberar al mercado de capitales de trabas, desajustes y distorsiones para favorecer la transferencia de recursos hacia las áreas de mayor rentabilidad.

Complementariamente los objetivos del modelo neoliberal tiene su génesis en el llamado plan de recuperación económica de 1975 que consiste en una drástica reducción del gasto público, el logro del autofinanciamiento de las empresas públicas, la venta de activos prescindibles, la reducción del tamaño organizacional de los entes del Estado, la aplicación de la subsidiariedad a todas las funciones realizadas por sus empresas y restituir al mercado un valor preponderante como mecanismo para asignar los recursos.
El otro hito trascendente en la reforma del Estado de corte neoliberal del gobierno militar lo constituyen las denominadas “siete modernizaciones” anunciadas como el eje de la nueva institucionalidad social en 1979. Consistieron en lo siguiente:
-Plan Laboral: conjunto de leyes que centra la solución de los problemas sindicales a nivel de empresas orientando la negociación colectiva hacia materias laborales y no políticas. Su objetivo es que existiese un sindicalismo libre.
-Reforma Provisional: procura la desburocratizacion y racionalizacion del sistema enfatizando el esfuerzo del ahorro individual y posibilitando la libre elección por los interesados entre diferentes sistemas de previsión.
- Directiva Presidencial sobre Educación: destinada a la erradicación final del analfabetismo, dictar una nueva legislación sobre universidades para fortalecer su autonomía, adecuar la enseñanza superior a la realidad del país y permitir la formación de universidades regionales y privadas.
- Reestructuración de la Salud: permitir la efectiva elección de cada persona entre los diversos sistemas de salud e incentivar l creciente participación del sector privado en las acciones de salud.

-Modernización del sector Justicia: comprende la modernización de la legislación positiva mediante la reforma de códigos y la creación de centros de información legal actualizada.
-Reordenamiento Agrícola Fundado en la Propiedad Privada: se proyecta lograr la consolidación de un sector agrícola eficiente basado en la propiedad privada e integrada a un mercado competitivo.
-Reforma Administrativa y Regionalización: procura desburocratizar y descentralizar la administración publica a fin de transformarla en el instrumento eficiente, profesional y despolitizado que requiere un estado moderno. La regionalización tiene como propósito en conjunto con el proceso de reforma, proporcionar mejores condiciones de vida a todos los habitantes del país.
En este mismo aspecto, se vive la crisis económica de 1981; se priorizaron capitales por sobre las personas.
La crisis económica se inicio en el hito de la revolución iraní del Ayatolá, esta causó estragos en el precio internacional del petróleo, lo que provocó que los países redujeran su actividad económica produciéndose una recesión. Se elevaron las tasas de interés, y se produjo la insolvencia de varias instituciones, lo que provocó la baja en los precios de las materias primas, especialmente del cobre (la principal exportación chilena).
Con la economía abierta que planteaban los Chicago Boys, los vaivenes de la economía mundial golpearon duramente a Chile. La crisis empezó a manifestarse con la quiebra de grandes empresas. Entre otras razones, los efectos de la recesión mundial se vieron agravados por un tipo de cambio fijo frente al dólar (1:39), que impedía el desarrollo de las exportaciones y favorecía el endeudamiento.
Los bancos y las empresas se empezaron a endeudar durante “el Boom”, llamado en el extranjero el Milagro de Chile, y ahora no tenían cómo pagar.
Pinochet se decidió por la devaluación, los efectos fueron desastrosos, pues la gente se endeudaba en dólares y por tanto su deuda se multiplicaba. Los bancos también se volvieron insolventes, y el gobierno decidió intervenirlos adquiriendo el Estado las deudas privadas. Paralelamente a esto subían los precios y la cesantía sobrepasaba los veinte puntos porcentuales. Se iniciaron las primeras huelgas y protestas masivas contra el Gobierno Militar.
En el año 1982 el PGB bajó un 14% y la inflación se mantenía en un 21%, la cesantía en un 26% y las reservas internacionales disminuyeron en 1.200 millones de dólares.
Concluida la etapa más cruda de la crisis. Entraría a manejar la economía chilena el ingeniero civil Hernán Büchi el que, con reformas menos ortodoxas que sus predecesores, lograría revitalizar la economía.
Para la nueva reactivación, el nuevo ministro tomó las siguientes medidas:
-Fuerte reducción del gasto en el sector público, con medidas como rebajar el gasto social y las jubilaciones.
-Política de devaluación del peso en función del dólar muy fuerte, que sobrepasasen la inflación. De esta manera, con el dólar alto, se favorecían las exportaciones y se restringían las importaciones.
-Privatizaciones de empresas que seguían siendo estatales: la Compañía de Aceros del Pacífico), las eléctricas ENERSIS y ENDESA, las de telecomunicaciones ENTEL y Compañía de Teléfonos de Chile), la productora de azúcar IANSA, la línea aérea LAN Chile, Laboratorios Chile, entre otras.
-Privatización de los bancos intervenidos por el gobierno durante la crisis.
-El control de las tasas de interés por el Banco Central y ya no por el mercado.
-Descenso controlado de los aranceles.
El resultado de su gestión fue el retorno al liberalismo económico que implantaron los Chicago Boys, pero de una forma mucho más controlada, sin el dogmatismo que le imprimieron sus antecesores, y un crecimiento económico sorprendente que llevaría a Chile a duplicar su PGB en el lapso de diez años.
Dichas privatizaciones, sin embargo, se realizaron fuera de toda fiscalización, sin bases de licitación y bajo una completa falta de transparencia, lo cual provocó un gran perjuicio económico a los intereses del país
Los beneficios del rendimiento macro económico del país, sin embargo, no se distribuyeron homogéneamente entre la población, produciéndose un rezago entre éste y los indicadores de desarrollo humano. Hasta 1990 más de la mitad de la población chilena se encontraba en zona de pobreza o indigencia. Hacia 1987 el país todavía mostraba cifras de subalimentación según los estudios de la CEPAL y la FAO, recién a fines de la década de 1990 Chile volvería a recuperar el promedio de calorías percápita que tenía en 1973.


b- La dictadura y las violaciones a los derechos humanos

Antecedentes:
Primeramente, es necesario señalar que  el estado de crisis presente en el año 1973 encuentra sus raíces en una crisis cuyas bases no sólo se sentaban en lo socio-económico, sino que también en pugnas políticas-ideológicas, debido a los divergentes intereses sociales.

Dicha pugna, se vio agudizada por el contexto internacional de la guerra fría y la creciente ideologización de los partidos políticos, lo cual ayuda a dar sustento, valga la redundancia, ideológico a las posturas opositoras.


Surgen movimientos como el MIR, de izquierda, partidario de una salida violenta en torno a los conflictos; y por el lado de la derecha, surgen “Tacna” y “Libertad”, los cuales también postulaban al uso de la violencia, incluso llegando a proponer un golpe militar.

La llegada de la Unidad Popular en los años 70, no hizo más que terminar de agudizar los antecedentes antes mencionados, por el hecho de que se recibió aquello como un triunfo del comunismo (por la URSS). EEUU vio esto como una amenaza, ante lo cual propició la desestabilización económica en el país, con la consiguiente agudización de conflictos precedentes.


Dictadura:
Ocurre que el día 11 de septiembre de 1973, se lleva a cabo el golpe militar, en el cual tienen participación las Fuerzas Armadas y de Orden, quienes asumen en primera instancia el poder Ejecutivo, y más tarde el legislativo y constituyente.
Es necesario agregar que hasta antes del golpe de estado, estos actores se mantuvieron al margen de la situación.
El panorama, incluso para las fuerzas armadas y de Orden, se presentaba difuso, ya que existían desacuerdos y descoordinaciones internas respecto a cuál sería el plan a seguir.
Dentro de ello, se destaca silenciosamente el Ejército, el cual constituye el “Comité de coroneles”, el que más tarde daría paso a la comisión DINA, que después daría pie a las múltiples y aberrantes violaciones a los derechos  humanos.

Es posible dividir la dictadura en  las tres etapas siguientes:


-Primera Fase  Septiembre-Diciembre 1973:
Se define como la consolidación del  régimen propiamente tal, para lo cual depusieron las fuerzas opuestas, deteniendo a un gran número de personas opositoras.+, a través de diferentes métodos tales como requerimiento de los afectados, buscar a la persona requerida o mediante redadas.

Los recintos de detención  fueron variados: comisarías, campos de concentración, cárceles, buques, establecimientos educacionales, entre otros.
La mayoría de las personas detenidas sufrieron maltratos y diversas formas de tortura durante su reclusión, además de las condiciones paupérrimas en las que vivían allí y la incomunicación indefinida con sus familiares. Además, se dieron diversos tipos de vejaciones sexuales, en especial hacia mujeres.


Los centros de tortura más conocidos son:
-Cerro Moreno, Antofagasta
-Barcos de la Armada (o dependientes de ella), Valparaíso
-Estadio Nacional, Santiago
-Academia de Guerra Aérea, Santiago
-Fuerte Borgoño, Concepción
-Base Aérea Maquehua, Temuco
-Campo de prisioneros, Pisagua
-Comisaria de Rahue, Osorno
-Campo de prisioneros número 2, del Regimiento Tejas Verdes, San Antonio.


Las muertes que resultaron de pestos detenidos, fueron dirigidas principalmente a altos mando de las fuerzas opositoras al régimen, aunque también existen casos de personas que ninguna relación ni militancia política tenían, y las cuales sufrieron torturas y/o hasta el día de hoy se encuentran desaparecidas.


Las motivaciones de los agentes del Estado respondían a:
-Ejecuciones selectivas de carácter político, ya fueran participantes o simpatizantes del  régimen depuesto; ejecuciones a delincuentes comunes; muertes por uso excesivo de fuerza o ejecuciones por venganza personal.


-Segunda Fase enero 1974-agosto 1977
En esta etapa se conforma  la DINA (Dirección Nacional de Inteligencia), la cual nace al alero de la Junta de Gobierno,  lleva a cabo gran parte de las detenciones ocurridas durante este periodo, con sus consiguientes torturas y/o desapariciones.
Otro organismo que ejecutó fines similares a la Dina fue el “Comando Conjunto”, Organismos de inteligencia de carabineros y la FACH; cumpliendo así  todos estos mecanismos de represión en la época de la dictadura.

Para estos fines, existieron recintos de detención y tortura, lugares de detención sin tortura; campamentos de detenidos; cárceles y penitenciarías.


Recintos de la DINA: Tejas Verdes, Cuatro Álamos, Londres 38, José Domingo Cañas, Villa Grimaldi, Venda Sexy, Cuartel Bilbao, Cuartel Venecia, Cuartel General, Rinconada de Maipú, Clínicas, Colonia Dignidad, La Casa de Parral, Hospital Militar.

Recintos del Comando Conjunto: Academia de Guerra Aérea, Casa de Apoquindo, Hangar de Cerrillos, Nido 20, Nido 18, Regimiento de Artillería Antiaérea de Colina (Remo Cero), La Firma, y otros lugares usados por la SIFA.

Aparte de todos los recintos nombrados, también existieron campos de concentración en Chile, entre los cuales se destacan Isla Dawson, Chacabuco, Tres Álamos, Puchuncaví y Ritoque.


Es preciso mencionar que las víctimas de este periodo no sólo correspondían a militantes del partido comunista o socialista, sino que también mapuches, campesinoas, personas con prontuario de crímenes y asesinatos de los mismos agentes por haber sospecha de traición.

Se informa mejor acerca de los hechos que acontecían en el país, ante lo cual dan inicio a las primeras manifestaciones pacíficas en contra del gobierno militar.

La Iglesia Católica, por su parte, contribuye en la ayuda a los familiares manteniendo su rechazo hacia los hechos de violencia y  creando en una primera instancia el Comité Pro Paz, y luego la Vicaría de la Solidaridad, ayudando así a miles de familias con familiares detenidos.


-Tercera Fase: Septiembre 1977-marzo 1990
Cambia en esta etapa el modus operandi de las violaciones a los Derechos Humanos.
Luego de la disolución de la DINA, se crea la CNI (Centra Nacional de Inteligencia), la cual básicamente persigue los mismos fines que su predecesora.

Una de las diferencias es que ahora la acción de la dina serpa más focalizada y selectiva.
Surge además el COVEMA (Comando vengadores de mártires), el cual participó en la contrainsurgencia y tuvo cooperación de la CNI; y la DICOMCAR (Dirección de Comunicaciones de Carabineros)

Por otra parte, las manifestaciones populares en contra del régimen dictatorial aumentan, siempre buscando una vía de manifestación pacífica, y con ello las víctimas derivadas de estas protestas. También se daban otras formas de manifestación pacífica como no enviar a lo niños al colegio; no comprar nada ene l curso del día; caceroleos; no efectuar trámites en bancos u oficinas públicas, entre otros.

A consecuencia del clamor popular, el gobierno se empeñó en que esto no afectaría su mandato, ante lo cual tomó medidas tales como los estados de sitio y de emergencia, aumentando así el potencial de acción de las fuerzas armadas y de orden.
En este periodo se llama a plebiscito para deponer el gobierno militar, lo que constituye un hecho relevante para el posterior desarrollo de la historia en Chile.


El papel de la Iglesia durante la dictadura
Consideramos necesario hacer este apartado, ya que gracias a la acción de la Iglesia, el movimiento de los derechos humanos cobró vida desde los primeros días de la dictadura, estando a la cabeza de éste el Cardenal Raúl Silva Henríquez.
Algunos organismos que destacaron en la defensa de los DDHH:
-El Comité de Cooperación para la Paz en Chile (1973), integrado a su vez por las iglesias evangélica luterana, católica, evangélica metodista, pentecostal y ortodoxa, constituyéndose en una de los principales organismos en la labor de defensa de los derechos humanos, ayudando a unir a las diversas familias que se encontraban en la misma situación, dándose así pie para la formación de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos en 1974.
-La Fundación de Ayuda Social de las Iglesias Cristianas (Fasic), creada en 1975, teniendo como principal misión en la búsqueda y la posterior liberación de los presos políticos, para así después ayudarlos en su salida del país.
-La Vicaría de la Solidaridad (1976), creada tras la disolución del comité de cooperación para la paz, teniendo la misma misión que éste.
-Servicio de Paz y Justicia (1977), que tiene por principal fin la promoción de los derechos humanos y de la no violencia activa, para así enfrentar el régimen militar.
-Comisión Chilena de Derechos Humanos (1978), la cual busca la acción política y cívica por la difusión, defensa y educación de los DDHH, para hacer partícipe a la población de todos los problemas que se gestaban en la época.


c- La cultura en dictadura


Junto con el Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973 y durante los 17 años posteriores de dictadura del General Augusto Pinochet, Chile sufrió un quiebre en el desarrollo de su cultura, y particularmente de su cultura popular. Tanto así, que Luis Hernán Errázuriz habla del “golpe estético-cultural”. La cultura chilena se vio afectada en todas sus dimensiones: en el desarrollo de las artes escenicas, de las artes visuales, de la música, del cine, pero también de sus espacios públicos, como las calles. Además, se usó la casi “naciente” televisión para instalar una idiosincrasia basada en el consumo, la competencia y todos aquellos valores que aludían al libre mercado, impulsados fuertemente por la cartera de Ministros de Pinochet que habían sido Chicago Boys.


La intervención militar, entonces, afectó el tejido social que se había construido hasta ese entonces en la sociedad chilena durante la década de los ‘60, la cual había podido desarrollar, aunque paulatinamente, una identidad centrada en la consciencia de clases, en el saber popular, en los problemas sociales. Así, el arte chileno y la cultura chilena en general pierden el sentido político, pierden su rol de denuncia social, pierden identidad con la coyuntura nacional. Ahora, dicha intervención a la cultura chilena, y particularmente al arte, que fuera en un principio circunstancial, dado el carácter impositivo de la Junta Militar, se convirtió en una maniobra planificada y estratégica desde el Estado para causar una sensación de “estabilidad”, “orden”, “desarrollo” y “progreso” en el inconsciente colectivo de los chilenos, para, de alguna manera, justificar su accionar totalitario con una violación sistemática y permanente a los derechos inherentes a toda persona, los derechos humanos, gracias a la desinformación y censura a nivel de prensa.


“El régimen militar intentó eliminar expresiones culturales de la Unidad Popular, provocando la destrucción y suplantación de imágenes en muros e impresos, cambiando el nombre de calles, irrumpiendo con nuevos estímulos sonoros y movimientos escénicos propios de las operaciones militares” (Errázuriz, pg. 137, 2006-2008). Así, se pueden distinguir dos objetivos claros en estas estrategias estético-simbólicas, que afectaron el desarrollo de la cultura chilena: por un lado, eliminar todo rastro de la naciente cultura popular propia de la Unidad Popular, gobierno depuesto por el régimen, y por otro instalar estos nuevos actos simbólicos militares, que hacían alusión al “ejercicio del poder” y al “dominio”, el “control”, la depuración y la restauración de los símbolos patrios. Esto repercutió en las costumbres, el uso del lenguaje, el aseo. Katya Mandoky señala: “Si la adhesión al Estado fuese natural, no tendrían que fabricarse e implementarse tantas y tan repetidas estrategias (como rituales a la bandera, versiones heroicas de la historia, fiestas patrias, desfiles y marchas)”.


Ejemplos de este impacto visual son en primera instancia, la conversión de espacios públicos en centros de tortura, tales como: recintos educacionales, gimnasios y centros deportivos como el Estadio Nacional y el Estadio Chile. De alguna manera, desde los inicios de la dictadura militar, se instala este rechazo no sólo político, sino que simbólico, como que las instituciones nacionales, pertenecientes a todos los chilenos, estaban en contra de todo aquel que tenía ideas de “izquierda”, que creyó en el proyecto popular de Salvador Allende. A este período, el más crudo de la dictadura (1973-1974), se caracterizó por una masiva y cruel represión, lo que se conoció como “operación limpieza” o destrucción del legado marxista. Así, se despiden a miles de personas de sus puestos de trabajo, se persiguen a autoridades del gobierno depuesto, así como a dirigentes sindicales y estudiantiles, y a militantes y dirigentes del PS, PC, MAPU y MIR y todo aquel simpatizante de la Unidad Popular, se encarcela, se tortura, se exilia.


Además, se mandan a pintar todos aquellos murales con alusión a las demandas sociales, como el mural del Río Mapocho que retrataba la historia del Movimiento Obrero Chileno y del Partido Comunista, donde habían participado Pedro Millar, Luz Donoso, Hernán Meschi, José Balmes, Gracia Barrios y estudiantes de la Escuela de Artes de la Universidad de Chile; el mural de La Granja, donde participó Roberto Matta junto a la Brigada Ramona Parra u otros murales en poblaciones de Santiago. La municipalidad de Las Barrancas (Pudahuel), publicaba en 1973: “Deben eliminarse todas las consignas, afiches, rayados y cualquier propaganda política o partidista, de modo que la población adquiera un aspecto de orden y aseo”. En esa época rectores de universidades, alcaldes y directores de colegios municipales eran impuestos por la Junta Militar, con lo que se permitió que las preferencias cromáticas de los edificios públicos fuesen controladas. Se prohibió el uso de colores “violentos”, tales como rojo o negro, en cambió se impusieron colores como el gris, el blanco o el verde, como fue el caso del Edificio Diego Portales (Gabriela Mistral). Se prohibió el uso de uniformes de color verde oliva, reservado exclusivamente a las Fuerzas Armadas y Carabineros (Errázuriz, pg. 143, 2006-2008). En ese tiempo, se llamaba a la población a través de diarios como “El Mercurio” a “limpiar la ciudad”. En tales actividades participaron alumnos de ultra derecha, como la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica, en ese tiempo liderada por Javier Leturia, del Movimiento Gremial.


Otra medida fue el cambio de nombres de poblaciones o calles. Tal es el caso de una población llamada “Nueva Habana” que pasó a llamarse “Nuevo Amanecer”, u otra que de “Lenin” pasó a llamarse “Lanin”, nombre del volcán aledaño cerca de Temuco. A nivel de costumbres y aseo, se prohibió en los colegios y universidades el uso de pelo largo en los hombres, así como barba o bigotes. En el caso de las mujeres, se prohibía el uso de minifaldas, maquillaje de todo tipo, adornos colgando del cuello o el uso de zuecos. A estas medidas se les conoció como “operación corte”.


En una segunda instancia, entre 1974 y 1977, se pone en proceso la “campaña de restauración”. En 1974 la Asesoría Cultural de la Junta de Gobierno y el Departamento Cultural de la Secretaría General de Gobierno señalaban que la reconstrucción nacional exigía una política cultural que tienda a “extirpar de raíz y para siempre los focos de infección que se desarrollaron y puedan desarrollarse sobre el cuerpo moral de nuestra patria y en seguida, que sea efectiva como medio de eliminar vicios de nuestra mentalidad y comportamiento, que permitieron que nuestra sociedad se relajara y sus instituciones se desvirtuaran, hasta el punto de quedar inermes espiritualmente para oponerse a la acción desintegradora desarrollada por el marxismo”. Es así como nace la “recuperación del patrimonio cultural chileno”, con la que se declararon a las casas patronales como “testimonio de nuestra auténtica cultura”, y el “rescate de la chilenidad” caracterizado por exposiciones de pintura y artesanías chilenas e imágenes del paisaje nacional en el Museo de Bellas Artes entre 1973 y 1975. En la música chilena, se potencian los festivales de música folclórica “auténticamente chilena”, es decir, sin contenido político, y sobretodo la del grupo de los Huasos Quincheros, que le cantan a “cosas simples, al paisaje, al romanticismo y que toma el ritmo de tonadas y cuecas” (El Mercurio, 1975). 


También se potencian las fiestas a la chilenidad como la del Roto Chileno. Y se exige que las radio emisoras y sellos discográficos transmitan 25% de música folclórica, liderada por la Agrupación de Cantantes de Chile. Paralelamente, artistas como Inti Illimani, Los Jaivas, Quilapayún, Patricio Manns, Isabel y Ángel Parra parten al exilio, y su música es censurada en todos los medios, así como cualquier alusión a la Nueva Canción Chilena. Sus discos son quemados en allanamientos a casas particulares. Víctor Jara es torturado y ejecutado en el Estadio Nacional, tras ser detenido en la Universidad Técnica del Estado (Mönckeberg, 2005).


Por otro lado, se estimulaban las publicaciones con referencia a los paisajes e historia de Chile como las de la Editoriales Gabriela Mistral, Qué Pasa, del Pacífico, Universitaria y Andrés Bello, “acentuándose así nuestro nacionalismo y la tendencia tradicional de nuestros compatriotas a dicho género”. Al mismo tiempo, se quemaban libros de Marx y otros filósofos e historiadores de izquierda. El culto a la bandera nacional fue clave en esta etapa, con desfiles de estudiantes y brigadas escolares. Se impone la cultura de guardar silencio, del toque de queda. Se prohiben las manifestaciones callejeras, los cacerolazos, las fiestas en espacios públicos.


Una forma de penetrar en la cultura chilena el consumismo, por un lado, y por otro el amor a la patria en un sentido autoritario y extremadamente nacionalista, fue el manejo de los canales de televisión, particularmente del Canal Nacional de Televisión, TVN. Dicha intervención ocurre desde el mismo 11 de septiembre de 1973, cuando el Director de Prensa del canal, Augusto Olivares, se quitara la vida en uno de los baños de La Moneda, en pleno bombardeo al palacio presidencial.


Pero ésta fue mucho más notoria en el tercer período de la dictadura, entre 1978 y 1990. Aquí cabe señalar, por ejemplo, soldados que desfilaban cantando “Libre” de Nino Bravo; jóvenes construyendo casas al son de “Chile eres tú. Patria, bandera y juventud”; la transmisión del fascista Discurso de Chacarillas en 1978 a “jóvenes promisorios”, entre quienes figuraban: Antonio Vodanovic, José Antonio Fuentes y Coco Legrand; el auge del consumismo a través de los comerciales de las trasnacionales, la “trascendencia” de las AFP y la ideología de los Chicago Boys; los programas de debate como “A esta hora se improvisa” los cuales fueran remplazados por los estelares con vedettes y artistas internacionales; los programas de viajes considerados como de “cultura”; el programa “Jappening con Ja” considerado como el “humor chileno”; la lectura de noticiarios por reinas de belleza, etc. La importancia que le dio el régimen a la televisión llegó a tal punto que se llegó a considerar constitucional la existencia del Consejo Nacional de Televisión, e infiltró a agentes de la DINA y la CNI en los canales para fijar la programación con su línea editorial, procurando que existiese desinformación respecto a las violaciones a los derechos humanos.


Más allá si esto fuera una época de “pan y circo” como algunas personas señalan, Errázuriz concluye: “En efecto, la pérdida del ordenamiento jurídico, del pluralismo y las libertades de expresión sustentadas por una visión mesiánica que busca rescatar el ser nacional y que, por definición, es excluyente de otras visiones culturales que no se identifiquen con el sello nacionalista - autoritario, jugó un rol determinante en la dilatación de la dictadura. En otras palabras, sin el golpe estético - cultural (operación limpieza y corte) y una campaña de restauración que le confiriera mayor soporte ideológico y sentido histórico al régimen militar, hubiera sido más difícil - por no decir inviable - mantener la dictadura apoyada fundamentalmente en el poder de la fuerza y la represión” (Errázuriz, pg. 154, 2006 - 2008).


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:


a) Modernizaciones:
* Valdés, Juan Gabriel. "La Escuela de Chicago: Operación Chile". Grupo Editorial Zeta. Buenos Aires, Argentina, 1989.

b) Violaciones a Derechos Humanos:
* Comisión Chilena de Derechos Humanos, Nunca Más en Chile, LOM Ediciones, 1999.
* Comisión Nacional de Prisión Política y Tortura, Síntesis del Informe Valech (pág. 1-27), 2004.


c) Cultura:
* Errázuriz , Luis Hernán. Artículo “Dictadura militar en Chile: antecedentes del golpe estético - cultural” en Revista Latin American Research Review, publicado en mayo 2009.
* Mönckeberg, María Olivia. “La privatización de las universidades”. Editorial Copa Rota, Santiago, Chile, 2005.